



En Nueva York, la fotógrafa encuentra el gran tema de su obra: la narración de la vida sentimental y sexual de ese ambiente. Goldin, de hecho, se califica a sí misma como «fotógrafa documentalista».
Para emprender esa narración, Goldin trabaja con series de fotografías que cuentan desde dentro la vida de sus amigos: inciación, plenitud y dependencia sexual, depresión, pobreza, amor, soledad, violencia, enfermedad... Para enfatizar el efecto narrativo, Goldin presenta esas imágenes en películas que muestran las fotografís sucesivamente. La más famosa de ellas se llama La balada de la dependencia sexual (título tomado de una canción de Bertolt Brecht), y ya muestra el efecto devastador del sida sobre esa generación en 1986. Una de sus series posteriores, La balada desde la morgue insiste en el mismo tema.
No hay comentarios:
Publicar un comentario